McKinsey & Company presenta la Perspectiva Energética Mundial 2024: un llamado urgente a acelerar la transición hacia energías renovables

A medida que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, se destaca la necesidad apremiante de adoptar un enfoque más acelerado hacia las energías renovables. Esto se desprende del informe Perspectiva Energética Mundial 2024, de McKinsey & Company, a través del cual ofrece un análisis exhaustivo sobre el estado actual y el futuro de la transición energética global.

“Desde la firma del Acuerdo de París hace nueve años, hemos visto avances significativos, pero los nuevos desafíos requieren un equilibrio entre la asequibilidad, la resiliencia del sistema energético y la seguridad energética en un contexto macroeconómico incierto”, aseguró Joaquín Mejía, socio de McKinsey & Company Panamá.

De este informe que analiza las complejidades, costos y desafíos tecnológicos que se presentan en el esfuerzo por cumplir los objetivos del Acuerdo de París, se resaltan los siguientes hallazgos:

1. Emisiones globales: a pesar de los compromisos actuales, las emisiones de CO2 podrían mantenerse por encima de la trayectoria de 1,5 °C hasta 2050, incluso si todos los países cumplen sus promesas. Se prevé un aumento en las emisiones hasta 2025, con una eventual disminución que, sin embargo, no alcanzará los objetivos de cero emisiones netas.

2. Demanda de energía: se anticipa un incremento de la demanda mundial de energía de entre el 11 % y el 18 % para 2050, principalmente impulsado por economías emergentes. Se estima que estas regiones representarán entre el 66 % y el 95 % del crecimiento de la demanda.

3. Electrificación y nuevas demandas: la electrificación se duplicará entre 2023 y 2050, impulsada por sectores como edificios y vehículos eléctricos. La creciente demanda de centros de datos y la inteligencia artificial podría representar hasta 4,500 TWh de electricidad.

4. Energías renovables: se prevé que las fuentes de energía con bajas emisiones representen entre el 65 % y el 80 % de la generación mundial en 2050, pero la transición enfrenta desafíos, incluidos los precios de la energía y la necesidad de sistemas de almacenamiento.

5. Papel de los combustibles fósiles: a pesar del avance hacia las energías renovables, los combustibles fósiles seguirán siendo relevantes, satisfaciendo entre el 40 % y el 60 % de la demanda mundial hasta 2050.

El informe también resalta la urgencia de desarrollar una infraestructura eléctrica robusta, con inversiones que deben triplicarse para satisfacer la creciente demanda y garantizar la estabilidad del suministro. A su vez, menciona que Europa y Estados Unidos no están alcanzando los objetivos de implementación de tecnologías energéticas para 2030, lo que representa un riesgo para la transición energética.

La Perspectiva Energética Mundial 2024 concluye que la transición energética no es un juego de suma cero, donde tanto los combustibles fósiles como las energías renovables tienen roles importantes en el futuro. Se requiere una acción coordinada entre políticas, inversiones y el compromiso de todos los actores involucrados para superar los obstáculos actuales y avanzar hacia un futuro sostenible.

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